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Afluencia, superación |
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| "Yo estaba aquí hace diez años cuando la economía estaba en crisis y cada día las noticias eran peores que las del día anterior. Ahora, las noticias son mejores de lo que se esperaba". Juan Carlos Echeverry era un funcionario de alto rango en el ministerio de finanzas de Colombia cuando a finales de los años noventa el país, entonces acosado por la violencia, pasó por una crisis hipotecaria y presupuestaria. Hoy en día, Echeverry es ministro de finanzas y está a cargo de una economía en alza. La inversión extranjera ha aumentado en parte por la disminución de la violencia, en parte por las materias primas y en parte por el crecimiento del mercado. Las arcas públicas está rebosantes gracias al aumento de lo precios de las materias primas y a la producción petrolera. El mes pasado, la Standard & Poor le dio un mejor rating a Colombia en lo que a inversión se refiere.
La tarea de Echevery es ocuparse de las consecuencias de estas buenas noticias. Los altos precios del petróleo suponen la posibilidad de que se le exija un mayor gasto al gobierno. La gran cantidad de capital extranjero podría revaluar con creces al peso y causar una burbuja crediticia que amenazaría la viabilidad de varias industrias, desde las flores hasta el procesamiento de alimentos. La decisión de crear un bolsa regional integrada junto a Perú y Chile atraerá más dinero. Colombia no es la única economía emergente que está encarando estos problemas. Pero hay que ponerle cuidado a Colombia. Junto a Chile fue pionera en los años noventa en el control de flujos de capital. En cambio, la estrategia de hoy en día es diferente, pues está haciendo más énfasis en las reformas fiscales al tiempo que impone menos los controles.
Los tecnócratas del país están preocupados con los flujos de capital, pero consideran que la tasa de cambio constituye un parachoques muy efectivo. Además, dado que el panorama es cada vez mejor para Colombia, los funcionarios creen que una moneda más fuerte es algo inevitable. José Darío Uribe, presidente del banco central, considera que es muy importante que las leyes detengan el flujo de capitales que genera inestabilidad financiera. Por ejemplo, el banco central no permite que los bancos pidan préstamos en moneda extranjera y luego hagan préstamos en pesos.
La gran pregunta es si el gobierno de Colombia será capaz de resistir las presiones políticas para que gaste. El probable que el déficit presupuestario sobrepase en 3% al PIB en 2011. Colombia necesita urgentemente de una mejor infraestructura. A pesar de las victorias militares del gobierno frente a las FARC, todavía es preciso gastar mucho dinero en seguridad. Además, la gran desigualdad de ingresos implica una gran presión social para que el gobierno gaste. Una ley fiscal como la de Chile, diseñada para limitar el déficit e impulsar un uso prudente de las ganancias, está abriéndose camino en el Congreso. Pero en un país cuya corte constitucional puede obligar al gobierno a gastar (pues, por ejemplo, el pueblo tiene derecho a mejores servicios sanitarios) esto no será suficiente. Así que el gobierno también está tratando de impulsar una enmienda constitucional, al estilo alemán, que consagre la noción de "sustentabilidad fiscal". Echeverry confía en que esto sucederá. "Todo el plan económico del gobierno está diseñado para generar un boom", asegura.
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Este es el resumen del artículo "Afluencia, superación" publicado en Abril 16, 2011 en la revista The Economist.
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