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Por qué los empresarios deberían quedarse en casa cuando están enfermos | 
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| En 2001, me diagnosticaron con cáncer de mama. Así que tuve que pasar seis meses de mi tratamiento (cirugía, quimioterapia y radiación). Justo cuando estaba terminando mi tratamiento, los dos hermanos de Gary fueron hospitalizados. Los gemelos habían nacido con un extraño tipo de distrofia muscular. A los 39 años de edad, sus corazones se habían dañado irreparablemente. Yo me curé. Los hermanos de Gary murieron a principios del año 2002. Todavía lidiando con mi enfermedad y la muerte de sus hermanos, Gary estaba en plena negociación con Groupe Danone para venderle parte del negocio. Stonyfield Yogurt dependía de las energías e ideas de Gary y el negocio con Danone requería de toda su concentración. Pero el ir y venir del hospital disminuyó su concentración. Su mente oscilaba entre la negociación y la enfermedad.
La enfermedad de un ser querido puede absorberles durante meses o años las energías a los empresarios. Quienes ponen sus negocios en segundo plano durante tanto tiempo se arriesgan a perderlo todo, a pesar de que las cuentas médicas comienzan a amontonarse. Y, claro está, los empresarios también son vulnerables a las enfermedades. Estas son el peor despertar del control con el que sueñan los empresarios. Cuando se trata de ser malos pacientes, los empresarios son los peores, pues creen que se curarán por simple fuerza de voluntad. El dueño del negocio suele redefinir su enfermedad en términos laborales. Es otra tarea más.
Krissi Barr, fundador de Barr Corporate Success, asumió este enfoque cuando le diagnosticaron cáncer de mama. "Esto asumiendo el tratamiento tal cual fuera un proyecto laboral", decía Krissi. Su compañía, una consultora de planificación estratégica, estaba creciendo. Su agenda estaba repleta. Además, Krissi debe trabajar para pagar las cuentas. Así que se buscó un oncólogo que le permitiera alternar las sesiones de quimioterapia con las reuniones de trabajo. Cuando el médico le dijo que debía tomárselo con más calma, Krissi lo dejó todo menos su negocio.
Pero a veces no basta con tomarse las cosas con calma. Drake Sadler es cofundador de Traditional Medicinals, una distribuidora de té. Cuando su hijo de 13 años de edad entró de emergencia al hospital debido a una infección muy grave, Drake y su esposa se plantaron al lado del muchacho. Afortunadamente, Drake había contratado recientemente un sucesor. En vez del año de transición que había anticipado, Drake rompió por completo con el día a día y no regresó a la oficina sino después de siete meses.
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Este es el resumen del artículo "Por qué los empresarios deberían quedarse en casa cuando están enfermos" publicado en Mayo 2011 en la revista Inc.
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