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Mentiras y estadísticas argentinas | 
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| La mayoría de los argentinos reaccionó encogiendo sus hombros cuando su gobierno comenzó a adulterar su índice de precios al consumidor en 2007. El alterar los libros de contabilidad les costó a los titulares de bonos relacionados con la inflación del país al menos US$ 2,3 mil millones el año pasado. Pero cualquier otro que necesitara saber la verdadera tasa de inflación simplemente recurría a un puñado de economistas privados que hacían uso de sus propias encuestas de precios, datos de gobiernos provinciales y otras estadísticas oficiales. Ellos calculan que la inflación se encuentra ahora en alrededor del 25%. Eso es mucho más que el 10% reportado por el INDEC, la agencia gubernamental de estadísticas, pero menos que el 30% en incrementos salariales que han recibido los empleados públicos en años recientes.
La elecciones presidenciales del mes de octubre y la negación por parte del gobierno de las cifras reales constituyen una gran amenaza para la reelección de la presidente Cristina Fernández. Eso puede explicar el por qué Guillermo Moreno, ministro de comercio, se encuentra moviéndose para erradicar los índices de precios no oficiales, aunque éstos sean considerados ampliamente de confianza. Para realizar eso él ha desempolvado un decreto, penalizando así a la propaganda engañosa, aprobada por una dictadura militar en el año de 1983. En febrero, él envió cartas a 12 economistas y consultores ordenándoles revelar sus metodologías, teniendo como base cifras erróneas que podrían desorientar a los consumidores.
A siete de estos se los ha sancionado con la pena máxima de US$ 123.000 (todos han apelado). La amenaza financiera es especialmente seria para Graciela Bevacqua, quien perdiera su empleo como jefa del INDEC en 2007 por rehusarse a alterar el índice de precios. Ella ahora publica sus propios cálculos inflacionarios con ayuda de un socio de negocios y antiguos estudiantes.
“Las otras son compañías y fundaciones”, dice ella, “pero no poseemos clientes o activos. Lo único que poseo es mi casa en donde vivo con mis hijos. Ellos me la quitarán si siguen con esto”. Sólo una empresa ha dejado de publicar sus cálculos de inflación. Hasta ahora, Moreno solamente ha tenido éxito en atraer la atención hacia su propia falsedad.
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Este es el resumen del artículo "Mentiras y estadísticas argentinas" publicado en Abril 23, 2011 en la revista The Economist.
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