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Una idea de US$ 300 que no tiene precio |
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| El año pasado, Vijay Govindarajan, del Tuck School of Business en Dartmouth College, en conjunto con Christian Sarkar, un experto en marketing, presentaron un desafío en un blog del Harvard Business Review: ¿Por qué no aplicar el mejor pensamiento de negocios en darle hogar a los pobres? ¿Por qué no reemplazar las casuchas que arruinan en gran medida las vidas de tanta gente pobre, fabricadas improvisadamente con cartón y lodo, y propensas a colapsar o incendiarse, con estructuras más duraderas? Así que establecieron unas simples pautas. Las viviendas deberían ser construidas con materiales producidos en masa lo suficientemente resistentes para proteger a sus habitantes. Éstas deberían ser equipadas con los implementos básicos para la vida civilizada, incluyendo filtros de agua y paneles solares. También deberían ser “mejorables”, para que así las familias puedan adaptarlas a sus necesidades. Y no deberían costar más de US$ 300.
Govindarajan admite que la cifra de US$ 300 fue en parte un elemento para llamar la atención. Pero además sostiene que esto tiene cierta lógica. Muhammad Yunus, el fundador de Grameen Bank, ha calculado que el valor promedio de las viviendas de la gente que ha escapado recientemente de la pobreza es de US$ 370. El elemento para llamar la atención ciertamente funcionó. El blog estaba tan inundado con respuestas positivas que fue necesario crear el sitio Web 300house.com. A finales de abril, Govindarajan lanzó un concurso invitando a la gente a proponer diseños para el prototipo de la vivienda.
¿Por qué una simple publicación de blog ha desembocado en tal explosión de creatividad? La razón obvia es que la “innovación frugal” –el arte de reducir radicalmente los costes de los productos mientras que además se entrega un valor de primera clase– es lo que está de moda. General Electric ha reducido el coste de una máquina para electrocardiogramas de US$ 2.000 a US$ 400. Tata Chemicals ha producido un purificador de US$ 24 que le puede suministrar agua pura a una familia por un año. Girish Bharadwaj, un ingeniero, ha perfeccionado una técnica para producir puentes peatonales de bajo coste que están transformando las vidas de las personas en la India rural.
Algunos gobiernos del mundo emergente se están comenzando a dar cuenta de que la única forma de enfrentar el problema de las barriadas pobres es ofrecer viviendas más seguras. Además, las grandes compañías que se enfrentan a mercados estancados en el Occidente se encuentran fascinadas en gran medida por la “fortuna al fondo de la pirámide”. Bill Gross de Idealab, una consultora, calcula que el mercado de viviendas de bajo coste puede estar valorado al menos en unos US$ 24 mil millones.
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Este es el resumen del artículo "Una idea de US$ 300 que no tiene precio" publicado en Abril 30, 2011 en la revista The Economist.
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