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¿Está Panamá creciendo demasiado deprisa?



Revista: Knowledge @ Wharton
Tema: Economía
Fecha: Junio 30, 2011
¿Puede Panamá convertirse en el país latinoamericano más desarrollado? Esta resulta una posibilidad remota para quienes recuerdan a Panamá como la última “república bananera”, un istmo serpenteante conocido por su Canal, el dictador militar Manuel Noriega y poco mucho más. Pero, hoy en día, el país cuenta con una creciente lista de proyectos cuyo objetivo es demostrar que las cosas han cambiado. Se ha convertido en el centro neurálgico de muchas oficinas centrales corporativas, el lugar donde se encuentra el edificio más alto de Latinoamérica, la ciudad con el primer metro de Centroamérica y el hogar de uno de los mayores proyectos de ingeniería jamás emprendidos. Oficinas y almacenes están sustituyendo a monótonas barracas con empresas como Dell Computer, 3M Company y Caterpillar atraídas por los incentivos fiscales, incluyendo exenciones de diversas obligaciones y beneficios legales, aduaneros, laborales y de inmigración dentro del Área Económica Especial designada.

Toda esa actividad habla por sí misma de las transformaciones experimentadas en el país. En 2009, el empresario Ricardo Martinelli fue elegido presidente con la promesa de convertir el minúsculo país centroamericano en una potencia económica. “Lo más importante es promover a Panamá como el único país del mundo gestionado por empresarios, no por políticos”, declaraba el año pasado. Panamá es “un país donde hemos hecho avances significativos para formar parte del primer mundo”.

Hasta los más escépticos admiten que al menos el gobierno está invirtiendo dinero en aquello que prometió. Según declaraciones del Ministerio de Economía y Finanzas, para 2014 el país habrá invertido unos US$19 mil millones en proyectos públicos, incluyendo la ampliación del Canal de Panamá. Se presta especial atención a aquellas áreas en las que el gobierno cree que el país tiene grandes ventajas, a saber, la logística, el turismo, la agricultura, la banca, la externalización de servicios, los servicios marítimos, los servicios sanitarios, las oficinas centrales corporativas y las refinerías de petróleo. Estas nueve áreas representan el 55% del PIB del país, que asciende a unos US$ 27 mil millones. Gracias a las inversiones públicas en dichos sectores, el ministro de la mencionada entidad predice que la economía crecerá entre el 6% y el 9% anual y “para el 2020 se habrán creado 860.000 puestos de trabajo nuevos o mejores”. La economía ha estado creciendo a 6% anual desde 2005 a excepción del pasado año, que creció 2,4%. Para 2011 se espera un crecimiento de 7,5%.

Parte del éxito del país desde 1999 se debe a la gestión del Canal de Panamá. Esta implicó crear una autoridad autónoma a salvo de la política para controlar la vía fluvial. Según informa la Autoridad del Canal de Panamá en su informe anual, el pasado año las tarifas abonadas por los barcos que pasaron por el Canal contribuyeron con US$ 1.500 millones a las arcas del país. Durante los 74 años en que el canal estuvo en manos estadounidenses, en total Panamá recibió 1.900 millones. La autoridad está gastando unos 5.200 millones en la construcción de nuevas esclusas para que los megabarcos puedan atravesar la vía fluvial. Las esclusas actuales, de 33 metros de ancho por 315 metros de largo, son demasiado pequeñas para los megabarcos actuales.

Es cierto que el canal es fundamental para el futuro del país, y en el plan de Martinelli es únicamente otro de los muchos motores económicos. El primer paso es tener infraestructura para dar acomodo al plan. El plan estratégico quinquenal (US$ 13.500 millones) del Ministerio de Economía propone gastar US$ 4.300 millones para modernizar el sistema de transportes del país. Se está construyendo un nuevo sistema de autopistas y puentes, ampliando aeropuertos; y se ha empezado a excavar lo que será la primera línea de metro de Centroamérica, una conexión de 13,7 kilómetros norte-sur en la ciudad de Panamá cuyo coste se estima en US$ 1.800 millones. Otros US$ 2.300 millones se gastarán en mejorar la educación, 1.700 millones más en centros sanitarios, 618 millones en agricultura y más de US$ 400 millones en proyectos turísticos. ¿Podría acusarse al plan de ser demasiado ambicioso? ¿Por qué hacerlo todo ahora mismo?

Son muchos los factores que juegan a favor del plan. Por ejemplo, el ratio deuda-PIB del país ha caído significativamente en los últimos años, del 66,2% en 2005 al 45% en la actualidad. Recientemente las agencias de calificación concedían el estatus de inversión a la deuda extranjera del país, siendo la primera vez que esto ocurre desde que la nación recuperaba el control del canal. “Financieramente, el país parece muy sólido. Parte se debe a los ingresos que proporciona el Canal de Panamá”, dice un banquero de Solace Group, una consultora local. “Se tiene la sensación de que Martinelli quiere conseguir hacer todo antes del final de este mandato, para 2014”, ya que la Constitución no permite que se presente de nuevo. Efectivamente, los riesgos de Panamá son más políticos que fiscales. En una región marcada por bruscos cambios políticos, Panamá se ha mantenido “bastante estable en las últimas décadas”, dice un profesor de Ciencias Políticas en la Universidad de Wyoming. “Esto ha sido sin lugar a dudas un elemento clave en la transición del país”.

Teniendo en cuenta toda esta actividad, el mayor reto al que se enfrenta el país podría ser la demanda y oferta de trabajo. La tasa de desempleo que tantos dolores de cabeza les ha causado a los panameños con el cambio de siglo se sitúa ahora en 4% según anunció en mayo el Ministerio de Economía. La caída del desempleo además ha introducido más dinero en los bolsillos de los panameños. El PIB per cápita ha crecido 29% hasta llegar a US$ 5.616 (hace cinco años era US$ 4.347). No obstante, más de un cuarto de los residentes vive en la pobreza, lo cual sugiere que aunque la visión de Panamá como país desarrollado se esté convirtiendo en realidad, no deja de ser sólo una visión.




Este es el resumen del artículo "¿Está Panamá creciendo demasiado deprisa?" publicado en Junio 30, 2011 en la revista Knowledge @ Wharton.

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