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El nuevo negocio de China: yates de lujo | 
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| A Caprice Lam le tomó solamente 90 minutos cerrar su primera venta de yates de lujo. Ese fue todo el tiempo que le llevó al cliente abordar la embarcación de 62 pies valuada en 13 millones de yuanes (US$ 2 millones) que pertenece a su compañía en la Isla de Hainan, en China, y ordenar a su banco transferir un depósito del 35%. “Ni siquiera tengo su tarjeta de presentación”, dice Lam, un representante de ventas para Xiamen Hansheng Yacht Building en la provincia de Fujian. “Él tan sólo me dio su número de teléfono móvil, llamó a su banco y pagó el depósito”.
Mientras que el número de millonarios en China se calcula en más de 447.000, existen sólo alrededor de 100 yates de más de 60 pies pertenecientes a chinos, de acuerdo a Rupert Hoogewerf, quien recopila el Reporte Hurun, el cual rastrea a la gente adinerada en China. En EUA, había más de 7.000 de ese tamaño en 2006.
En Zhuhai, Sunbird Yacht se encuentra fabricando dos embarcaciones para exportar a un astillero de Milán durante el mes de julio. El personal de 400 trabajadores de Sunbird es capaz de producir solamente 20 botes al año, un número pequeño para los estándares industriales. La fabricación de grandes yates es algo nuevo para China y los trabajadores carecen de las habilidades y experiencia que poseen sus contrapartes Occidentales, dijo un arquitecto naval italiano quien diseñara los botes que Sunbird se encuentra exportando. Él cree que las embarcaciones requerirán de unas 100.000 horas-hombre en China, una tarea que le tomaría a un personal italiano unas 35.000 horas.
Lo que los trabajadores de Sunbird carecen en experiencia, lo compensan en asequibilidad. Sunbird les paga a trabajadores inexpertos al menos unos 2.000 yuanes (US$ 306) al mes, elevándose así esa cantidad a tres veces más para los electricistas y carpinteros, dice el vicepresidente de negocios internacionales. Aunque eso sea más del doble del salario que se paga en la provincia de Guangdong, todavía le permite a la compañía fabricar botes en alrededor de un 30% menos que sus rivales extranjeros. Otra ventaja que tienen las compañías de yates en China continental: Beijing le carga un 43% en aranceles de aduana a los botes importados.
El yate más grande fabricado en China es una embarcación de 144 pies con casco de acero y aluminio que todavía sigue en construcción en el astillero de Kingship Marine en Zhongshan, provincia de Guangdong, y tiene un precio de casi US$ 27 millones, dice la directora de Kingship.
Para hacer su juego más interesante, los fabricantes de yates de China se encuentran contratando a diseñadores foráneos o adquiriendo a rivales en el exterior. Hansheng trabaja con el experto en diseño Bill Dixon de Inglaterra y algunos de los botes de Sunbird han sido confeccionados por el diseñador de Seattle, EUA, Brian Holland. Qingdao Nauticstar Marine pagó US$ 20,2 millones para adquirir el año pasado al fabricante de yates italiano Cantieri Navali di Lavagna. “El propósito de la adquisición fue la de ayudarnos a explotar el mercado global”, dice el gerente general de Nauticstar. Esta empresa fabricó su primer bote en 2003; hoy día, su producción varía desde embarcaciones pequeñas de hule de 6,5 pies a un coste de US$ 3.078 hasta catamaranes de 40 pies equipados con cuatro camas estilo queen-size de US$ 2,1 millones. Las ventas de este año deberían sobrepasar los US$ 154 millones.
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Este es el resumen del artículo "El nuevo negocio de China: yates de lujo" publicado en Mayo 09, 2011 en la revista Business Week.
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