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El último de los magnates | 
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| No parecía posible que el hombre predominara sobre la política y los medios de comunicación por tanto tiempo. Haciendo aparición ante un comité parlamentario a mediados de julio para explicar cómo había florecido el espionaje telefónico en sus periódicos británicos; el por qué su compañía presuntamente le ha pagado 100.000 libras (US$ 160.000) en sobornos a la policía; el por qué dos personas en su nómina habían sido encarceladas y muchos puestos bajo arresto; Rupert Murdoch pausaba de forma alarmante y palpaba sus respuestas. Aun así, mientras que el titubeante desempeño del jefe de News Corporation resplandecía por todo el mundo, las acciones de la empresa iban en alza. La debilidad en un jefe normalmente no hace que la compañía parezca más fuerte. Pero News Corporation no es una compañía normal. Es una compañía pública manejada por una familia. A Murdoch, de 80 años de edad, quien es a la vez director ejecutivo y presidente, parece importarle dirigirla hasta que pueda pasarle las riendas a uno o más de sus hijos. Aunque los intereses de la familia y los de la compañía no siempre coinciden.
Los políticos y el público ven a Murdoch de forma diferente a los inversionistas. Para el primer grupo él es el constructor voluntarioso de un imperio de medios de comunicación, el creador y destructor de carreras políticas. Para el segundo, Murdoch se ha vuelto cada vez más un riesgo: un impedimento para el manejo sin complicaciones de News Corporation. Mientras más cerca de retirarse está, más fuerte parece la compañía; puesto que el negocio de los medios ha cambiado de una manera que hace ver a Murdoch como un hombre al que se le acabó el tiempo. Él es el último magnate de los medios.
Murdoch heredó un negocio periodístico y atrevidamente lo convirtió en un imperio de múltiples medios de comunicación. Con su llegada al Reino Unido en los años sesenta, inventó el periódico tipo tabloide –una mezcla de cosquilleo sexual, escándalo moral y agresión política. En EUA, acabó con el dominio total de tres cadenas televisivas. Su Fox News Channel ha enfurecido a liberales –y ha acumulado ganancias.
Murdoch no será el último constructor de un imperio de medios de comunicación. Michael Bloomberg ha creado una empresa poderosa y carrera política como alcalde de Nueva York, aunque él de forma sabia las ha mantenido separadas. Los protomagnates como Emilio Azcárraga de México se encuentran apareciendo en el mundo emergente. Pero la era del magnate global ha llegado a su fin. Murdoch le haría un favor a sus accionistas y familiares si reconociera esta situación y diera un paso atrás.
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Este es el resumen del artículo "El último de los magnates" publicado en Julio 23, 2011 en la revista The Economist.
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