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Aún solos en la cima | 
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| Cada vez son más las mujeres que resaltan en la dirección de empresas transnacionales con un desempeño mucho mejor que el de sus colegas masculinos. Como pruebas de este éxito femenino están Indra Nooyi, de PepsiCo, Carol Bartz, de Yahoo, Ursula Burns, de Xerox, o incluso Sheryl Sandberg, la número dos de Facebook, quien es incluso más aplaudida que su jefe Mark Zuckerberg. Según un estudio de la consultora McKinsey, en el que se estudiaron 89 empresas europeas, se comprobó que aquellas compañías que contaban con muchas mujeres trabajando en puestos gerenciales sénior tenían 1) un rendimiento financiero, 2) un retorno de la inversión y 3) ganancias operativas mayores.
Pese a esto, el porcentaje de mujeres en puestos directivos sigue siendo aún muy bajo en todo el mundo. A raíz de esto, los gobiernos, especialmente los europeos, han emprendido una acción radical en la que obligan a las empresas a reservar una cantidad considerable de asientos (aprox. un 40%) en la junta directiva para las ejecutivas. Para muchos, la imposición de estas cuotas para permitir la creación de juntas directivas más diversificadas beneficiará a las compañías y a los accionistas, pero para otros, esta solución no conducirá a nada productivo.
Según los que se oponen a esta idea, la baja presencia femenina en una directiva radica en la actitud menos agresiva de las mujeres en el mundo laboral. Desde su entrada a una empresa, a las mujeres se les hace más difícil que a su contraparte masculina no sólo negociar su primer sueldo y sus futuros aumentos, sino también conseguir un poderoso contacto dentro de la compañía que las ayude a ascender.
Otro de los mayores obstáculos que aleja a las mujeres de las juntas directivas en la mayoría de las sociedades consiste en encontrar un balance entre la profesión y la vida familiar. Las madres trabajadores que están capacitadas para ejercer altos cargos prefieren optar a puestos con un horario predecible y trabajar en áreas laborales que no exijan una actualización constante en caso de interrumpir la carrera por una baja de maternidad.
Para hacer frente a esto, algunos gobiernos han subsidiado centros de cuidado infantil o escuelas públicas para ayudar a las madres a combinar su familia y el trabajo. Por otra parte, la tecnología también ayudará a cerrar esta brecha, ya que las mujeres pueden trabajar fácilmente desde casa sin descuidar las tareas familiares.
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Este es el resumen del artículo "Aún solos en la cima" publicado en Julio 23, 2011 en la revista The Economist.
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