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Los corazones solitarios de Asia |
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| En Asia los valores tradicionales familiares siempre han sido muy importantes, pero esto está empezando a cambiar, aunque los cambios son diferentes a los que tuvieron lugar en Occidente en la segunda mitad del siglo XX. El divorcio, aunque se está elevando en algunos países, sigue siendo comparativamente escaso. Lo que está ocurriendo en Asia es que las tasas de matrimonio están cayendo, en parte porque la gente lo está posponiendo. Las edades de contraer matrimonio se están elevando por todo el mundo, pero más marcadamente en Asia, donde la gente se casa a edades superiores que en Occidente. La edad media del matrimonio en los países ricos (Japón, Taiwán, Corea del Sur y Hong Kong) en las pasadas décadas ha llegado a 29-30 para las mujeres y 31-33 para los hombres.
Otra gran cantidad de asiáticos no se están casando más tarde, sino que no se están casando. En algunos lugares, las tasas son especialmente sorprendentes: en Bangkok, el 20% de las mujeres entre 40-44 años de edad no están casadas; en Tokio, el 21%; entre las graduadas universitarias de esa edad en Singapur, el 27%. Hasta ahora, esta tendencia no está afectando a China e India, pero es probable que ocurra, a medida que los factores económicos que lo han causado en otros países los afecten también; y sus consecuencias estarán exacerbadas por el aborto selectivo según el sexo que esta siendo practicado por una generación allí. Para 2050, habrá 60 millones más de hombres de edad matrimonial que mujeres en China e India.
Las mujeres se están retrayendo del matrimonio a medida que se incorporan al trabajo, pues para una mujer, el estar casada y empleada es duro en Asia, donde se espera que cuide de los maridos e hijos (y a menudo a los padres que envejecen), aun cuando tenga un empleo a tiempo completo. Y la mujer asiática que deja el trabajo para cuidar de sus hijos, tiene grandes dificultades para volver a emplearse una vez que estos crecen. Eso, unido a la alternativa de ser financieramente independientes, hace que la vida de soltera les atraiga más que lo pesado de un matrimonio tradicional. Eso está creando también problemas sociales. Los países asiáticos han invertido menos en pensiones y protección social, asumiendo que la familia cuidará de los viejos o enfermos, lo que ya no puede darse por sentado. También está colapsando la tasa de nacimientos. La fertilidad en el este de Asia ha decrecido de 5,3 hijos por mujer, a finales de los sesenta, a 1,6 hoy y en algunos países está cerca de 1,0. Esto está comenzando a causar grandes problemas demográficos, a medida que la población envejece con rapidez.
Podría revivirse el matrimonio en Asia, si cambian las expectativas de los roles de ambos sexos; pero es difícil porque los gobiernos no legislan contra prejuicios populares. Lo que si pueden es alentar el cambio. Un relajamiento de las leyes del divorcio podría impulsar el matrimonio, pues las mujeres podrían tener más interés en casarse si supieran que luego es posible divorciarse. Las leyes deberían garantizar tanto licencia por maternidad, como de paternidad, y proveer o subsidiar el cuidado de los hijos. La superioridad de la vida familiar en Asia, que era una de sus mayores ventajas sobre el Occidente, ya no está garantizada. Sus gobiernos deben despertar a los enormes cambios sociales que están ocurriendo en sus países y pensar en cómo lidiar con las consecuencias.
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Este es el resumen del artículo "Los corazones solitarios de Asia" publicado en Agosto 20, 2011 en la revista The Economist.
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