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¿Qué nos puede enseñar aún Steve Jobs? | 
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| Veamos cuál fue la mejor decisión que tomó Steve Jobs. No sucedió en una cochera de Cupertino, California, sudando con Steve Wozniak mientras que soñaban con un computador para el hombre común. O en una sala de conferencias, mientras que gerentes le decían que nadie jamás pagaría US$ 400 por un reproductor de música portátil. O en otra sala de conferencias, mientras que nuevos gerentes le decían que nadie jamás pagaría US$ 400 por un teléfono móvil. Más bien fue en un casi olvidado anexo del campus de Apple.
En un polvoriento sótano cruzando la carretera hacia el edificio principal de Apple, Jobs consiguió a un diseñador solitario que estaba listo para renunciar, extenuado en medio de un montón de prototipos. Entre ellos se encontraba un monitor monolítico, el cual integraba todo el organismo de un computador en un solo paquete. Y en ese cuarto, Jobs visualizó lo que los gerentes intermedios no pudieron. Él visualizó el futuro. Casi de forma inmediata, él le dijo al diseñador, Jonathan Ive, que de ahora en adelante trabajarían juntos en una nueva línea de computadores. Jobs puede no ser el más grande tecnólogo o ingeniero de su generación. Pero quizás es el más grande usuario de tecnología que jamás haya vivido, y para la gran fortuna de Apple sucede que fue el fundador de la compañía.
Esos computadores en que trabajaron Ive y Jobs se convirtieron, claro está, en la iMac –un hardware diseñado con el enfoque de un usuario. Ese momento único en el sótano con Ive dice mucho acerca de lo que convirtió a Jobs en el innovador más influyente de nuestra era. Demuestra una habilidad para ver a una compañía desde afuera, en vez de desde adentro como un gerente de línea. Él no visualizó el prototipo de iMac como un riesgo o curiosidad. Él visualizó algo que era sencillamente mejor que lo que la había precedido, y estaba dispuesto a apostar a ese instinto.
La gente dice con frecuencia que Jobs es un gran explicador de la tecnología –un vendedor carismático y sincero. Pero su franqueza tuvo fuerza porque él siempre hablaba acerca de cuán maravilloso sería vivir con eso y sostenerlo con sus manos. Si usted escucha las presentaciones de Jobs con el paso de los años, él aparece no tanto como el creador de un producto del cual es verdaderamente su primer seguidor –sino como la primera persona en digerir sus posibilidades.
No está claro si alguien más en Apple poseerá el mismo talento de Jobs para visualizar los productos desde el punto de vista del usuario. Tim Cook, su sucesor designado, probó su valor al reformar los procesos de producción y la cadena de suministros de Apple. Ese talento es vital para manejar el negocio y ha incrementado los beneficios de Apple en incontables miles de millones. Pero el ser capaz de separar las molestias causadas por los procesos de externalización es el opuesto exacto a ser un genio de la usabilidad: la carrera de Cook ha sido basada de gran manera en enfocarse en precisamente esas cosas que la gente jamás ve.
¿Tiene Cook a un crítico de productos dentro de la compañía que pudiera ocupar el lugar de Jobs? ¿Tendrá Cook una estrecha relación laboral con Ive como la tuvo Jobs? ¿Acaso Ive se quedará? El “¿qué haría Steve?” siempre ha sido el mantra en Apple (aunque con frecuencia de forma tácita). No hay duda de que su ejemplo persistirá en la organización. La compañía más valiosa del mundo posee la visión de un hombre en su núcleo, con raíces que datan desde hace 30 años. La pregunta no respondida para Apple es: ¿Quién sueña su futuro ahora?
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Este es el resumen del artículo "¿Qué nos puede enseñar aún Steve Jobs?" publicado en Octubre 2011 en la revista Fast Company.
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