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Los ricos de China se compran una mejor vida |
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| Lo que empezó como un goteo hace una década, ya es una verdadera inundación, a medida que los chinos ricos obtienen pasaportes foráneos o permisos de residencia en EUA, Canadá, Australia, Singapur, y Nueva Zelanda. Según encuestas, más de 500 mil chinos tienen activos invertibles de más de 10 millones yuan (US$ 1.57 millones) y casi el 60% planea emigrar, ha iniciado el proceso o ha emigrado ya. En los EUA, en lo que va de año, más de 3.000 ciudadanos chinos han solicitado visas de inversionista (en 2007 la pidieron 270). Esto representa el 78% de la cantidad total de solicitudes para esta visa, también conocida como la EB-5, que requiere una inversión mínima de US$ 500.000 por parte del solicitante a un proyecto comercial en EUA que emplee al menos a 10 norteamericanos en dos años.
En su mayor parte, los ricos de China no se dejan totalmente su país, como han hecho algunos oligarcas rusos. Alrededor del 80% de los que emigran no tienen planeado renunciar a sus pasaportes. El modelo más común es que la esposa e hijos obtengan pasaportes foráneos y vivan en el extranjero, y el marido tenga un permiso de residencia pero pase la mayoría del tiempo en China. Ellos siguen teniendo sus negocios allí y la mayoría de sus activos son en yuan. El motivo principal de buscar una residencia en el extranjero es conseguir mejores oportunidades educacionales para sus hijos. Sienten que las universidades de EUA les ganan a sus equivalentes en China, y sus hijos necesitan entender el mundo. El escapar de un aire de terrible calidad y del problema con la seguridad de la alimentación, son otros de los factores.
Mudar a la familia al extranjero y tener tarjetas de residencia, pudiera ser útil también en caso de cambios legales o políticos repentinos que lastimen a los empresarios, o si la inestabilidad social llegara a un clímax. Saben que si la cosa se pone fea, los ricos van a ser un objetivo, por sus conexiones estrechas con el gobierno. La mayoría tiene un “pecado original,” o alguna ilegalidad en relación con sus primeras ganancias. En China, más de 800 compañías de servicio de emigración que tienen licencia (y posiblemente cientos más con aprobación gubernamental adecuada) y cobran alrededor US$ 30,000 por cliente, entrenan a los solicitantes para las entrevistas de obtención de visa, los ayudan a llenar sus planillas y les identifican posibles inversiones en el extranjero. Ese negocio se mantendrá fuerte por al menos otra década.
Un problema serio, tanto para los solicitantes chinos, como para sus futuros anfitriones, lo es el origen de su riqueza. Para asegurarse de que son verdaderamente solventes y que los que tengan antecedentes criminales no entren, los funcionarios de EUA, Canadá y otros países solicitan una amplia documentación acerca de sus activos, lo que puede ponerse difícil. Algunos intermediarios llegan a falsificar documentos, pues muchos emigrados no tienen cómo probar el origen de sus finanzas, o pudieron enriquecerse de forma ilícita. A largo plazo, si la economía de China sigue creciendo, el ritmo de emigración podría amainar. Y mientras que los chinos ricos buscan diplomas canadienses o de EUA para sus hijos, pudieran ver menos motivos para emigrar, pues la perspectiva es que China termine sobrepasando con creces al resto del mundo.
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Este es el resumen del artículo "Los ricos de China se compran una mejor vida" publicado en Noviembre 29, 2011 en la revista Business Week.
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