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¡Arriba, arriba! | 
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| Los dólares y los pesos cruzan la frontera entre Estados Unidos y México como nunca antes. Con un comercio que llega a los US$ 400 mil millones, México se ha convertido en el principal socio comercial de Estados Unidos después de China y Canadá. Los dólares son tan comunes al sur de la frontera que a veces al peso se le dice "cuora" (mala pronunciación de "quarter", una moneda estadounidense).
Pero últimamente la relación entre estas dos monedas ha sido un poco difícil. Entre julio y noviembre, el paso cayó en 19% frente al dólar; es decir, llegó a su nivel más bajo desde la crisis financiera de 2009. Sin embargo, el peso mexicano fue la moneda latinoamericana más débil durante la segunda mitad de este año.
Pero México no es el único mercado emergente con una moneda temblorosa. El nerviosismo que ha despertado la economía global gracias a la crisis de la eurozona ha traído como resultado que los inversionistas se deshagan de monedas exóticas y regresen a monedas más conocidas. Los grandes países manufactureros (desde Corea del Sur hasta Polonia) han sufrido debido a la preocupación que despierta la posibilidad de otra recesión.
Pero hay tres fuerzas más que han hecho que el peso se desplome. México tiene lazos más estrechos con Estados Unidos que cualquier otro país latinoamericano. Segundo, los bolsistas usan el peso como referencia dentro de la región, pues se trata de la única moneda que se comercializa las veinticuatro horas. Finalmente, el banco central de México está menos dispuestos que los demás a intervenir.
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Este es el resumen del artículo "¡Arriba, arriba!" publicado en Diciembre 10, 2011 en la revista The Economist.
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