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Una comedia de euros |
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| Varios abogados están ocupados elaborando un convenio fiscal europeo para restaurar la disciplina en las economías de la zona euro. Todos los miembros (menos uno) de la UE están comenzando el año analizando los detalles de este acuerdo. Mientras tanto, el gobierno británico ha prometido que seguirá siendo una parte importante de la unión y que Londres seguirá siendo la capital financiera de Europa. Pareciera que todo está bien, pero no es así. Basta con ver los resultados de la última cumbre de la UE en Bruselas.
Una vez más, los líderes europeos no lograron resolver la crisis del euro. A pesar de que el nuevo pacto pudiera ser deficiente, incluso ese intento podría ser interrumpido por los mercados o por uno o más países de la zona. El euro se encuentra en una carrera contra el tiempo, porque los mercados están empujando a los países a la insolvencia. Los inversores y los votantes están perdiendo la fe y la tarea de salvar la moneda única se hace cada vez más difícil. Una UE sin el euro podría dejar de existir por completo.
Es necesario que los gobiernos establezcan reglas fiscales creíbles con incentivos por buen comportamiento y asuman algún tipo de responsabilidad solidaria por las deudas. A cambio, es preciso que el Banco Central Europeo ofrezca un apoyo total a todos los miembros solventes. Sin embargo, hasta ahora ni los gobiernos ni el BCE hacen lo suficiente. Los líderes de los gobiernos que prometieron dinero adicional en forma de préstamos ya no están tan dispuestos a cumplir esa promesa.
Por su parte, el BCE se mantiene firme en no intervenir como prestamista de último recurso en la deuda soberana de la zona euro. No es suficiente querer escribir la disciplina fiscal en las constituciones nacionales y aprovechar las instituciones de la UE para castigar el despilfarro y el exceso. Este acuerdo no protegerá al euro contra las futuras alzas y bajas. Peor aún, el convenio ni siquiera resolverá los problemas actuales, pues se centra más en la austeridad que en el crecimiento y esa visión podría agravar la recesión.
Aunque el acuerdo sea visto como una decisión de solidaridad europea, lo más probable es que el mismo cause muchos conflictos. Los miembros solventes no van a compartir la carga de la deuda de los países con déficit. Los ajustes se imponen casi por completo en los países con problemas de deuda, lo cual indica que el proceso va a ser largo y doloroso. Y los gobiernos en favor del convenio ya han manifestado que su ratificación dependerá de los detalles del mismo. La conveniencia política puede provocar el colapso del euro.
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Este es el resumen del artículo "Una comedia de euros" publicado en Diciembre 17, 2011 en la revista The Economist.
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