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EUA contra el rock and roll |
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| Gibson Guitar es una compañía con 118 años de experiencia y ventas anuales cercanas a los US$ 500 millones. En conjunto con las guitarras Fender Telecaster y Stratocaster, sus modelos eléctricos Les Paul y SG son imprescindibles para el rock and roll. Jimmy Page, Keith Richards y Chuck Berry tocan Gibsons así cómo lo hizo Scotty Moore, T-Bone Walker y cientos de otros virtuosos. La planta de 12.077 metros cuadrados en Nashville, EUA, fabrica 680 guitarras al día, en conjunto con cada componente.
Una fábrica de guitarras difícilmente pareciera ser el escenario para una redada federal y un debate feroz acerca de una regulación en casa y selvas tropicales en el extranjero. Durante el mes de agosto, agentes federales procedieron a realizar una redada a las plantas de Gibson en Nashville y Memphis en busca de evidencia de que la compañía había importado ilegalmente ébano y palisandro desde India, para ser utilizados en la fabricación de diapasones. En la planta principal de Nashville, dos docenas de agentes del Servicio de Pesca y Vida Silvestre y el Departamento de Seguridad Nacional de EUA llegaban con armas en sus caderas y esposas de plástico colgando del pecho.
Cuando los agentes federales llegaron, los 300 trabajadores de la planta ya tenían dos horas dentro de sus turnos, cortando, lijando, pintando y lustrando afanosamente. Al final de la línea de producción, hombres y mujeres se encontraban conectando guitarras ya terminadas a amplificadores, rasgando las cuerdas para así entonarlas y realizarles pruebas de calidad. Los agentes procedieron a cortarles la electricidad a las cámaras de seguridad y se dispersaron. Les ordenaron a los empleados que se apartaran de sus computadores, los cuales escanearon por motivo de la correspondencia que se relacionaba con el cargamento sospechoso. Los agentes dieron marcha atrás a un camión hacia los muelles de carga en la sala de máquinas y confiscaron 7.000 diapasones inacabados. Además se llevaron cientos de muelles de guitarra con diapasones ya adheridos a éstos y 80 guitarras completadas.
No era la primera vez que se le realizara una redada a una planta de Gibson. En noviembre de 2009, unos agentes se aparecieron en la planta de Nashville buscando pruebas de que la compañía había importado de forma ilegal madera cosechada desde Madagascar. En ambas instancias, Gibson fue sospechosa de violar el Lacey Act, o ley Lacey, una ley de conservación de los recursos naturales promulgada hace 100 años que regulaba el comercio del juego y aves silvestres antes de ser reformada en 2008 para incluirle productos madereros y relacionados con plantas. Bajo la ley revisada, los importadores necesitaban garantizar que ellos y todos los que se encuentran en la cadena de suministros cumplan con las leyes domésticas y foráneas con respecto a la madera para labrar. En este caso, Gibson había quedado enemistado con las leyes de India prohibiendo la importación de cualquier producto inacabado derivado de la madera; el cargamento incluía 1.250 tablas de madera sin labrar. Existían otros alegatos falsos en cuanto a la documentación de los cargamentos, según documentos de la corte concernientes al caso federal, incluyendo a Gibson sin estar listado como destinatario final. Ha habido sólo dos casos conocidos poniendo a prueba el cumplimiento de la nueva ley Lacey. Ambos fueron en contra de Gibson Guitar.
Gibson no desapareció detrás de un muro de “sin comentarios”. Durante la tarde de búsqueda y confiscación del mes de agosto, el CEO y copropietario de Gibson, Henry Juszkiewicz, dio un discurso por 30 minutos en medio del calor de Tennessee, explicándoles a los reporteros que se reunieron allí que su compañía no había hecho nada malo y que, además, Gibson era la víctima de un exceso atroz por parte del gobierno. Aquí se encontraba Gibson, exclamó Juszkiewicz, una empresa estadounidense que realmente contrata a estadounidenses durante una recesión, y que su propio gobierno lo estaba seleccionando para el castigo porque había roto las reglas de otro país. “Esto no se trata de la conservación de recursos naturales. No se trata de cómo fuera procesada la madera”, dijo. “Esto es acerca de la mano de obra hindú”. Su compañía se encontraba bajo ataque. “Es un precedente bastante peligroso”, advirtió. Si a Gibson se le encuentra culpable de violar la ley Lacey, podría enfrentarse a US$ 500.000 en multas con la posibilidad de que los ejecutivos de la compañía pasen un tiempo en prisión.
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Este es el resumen del artículo "EUA contra el rock and roll" publicado en Enero 23, 2012 en la revista Business Week.
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