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El sicario de Amazon



Revista: Business Week
Tema: Industria editorial
Fecha: Enero 30, 2012
En noviembre de 1997, durante una noche de mucha lluvia en el centro de Manhattan, Rupert Murdoch daba una fiesta en honor a Jane Friedman, la nueva CEO de HarperCollins, la división de libros de News Corp. Las luminarias del negocio editorial, como el entonces CEO de Random House Alberto Vitale y la agente literaria Lynn Nesbit, llenaban el Monkey Bar de la calle 54, con sus cabinas forradas en cuero rojo y murales pintados a mano con simios dando saltos por doquier. Caminando a paso lento por seis cuadras desde el Time & Life Building a través del torrencial aguacero, Laurence J. Kirshbaum, el entonces poderoso jefe de Time Warner Book Group, traía consigo a un invitado: un joven vendedor de libros por Internet llamado Jeffrey P. Bezos, cuyas ambiciones eventualmente terminarían afectando las vidas de todas las personas en la fiesta. “Fue uno de esos momentos en tu vida en que lo recuerdas todo”, dijo Kirshbaum. “De hecho, creo que Bezos todavía me debe un sombrilla”.

Cómo han cambiado los tiempos. Las ventas físicas de libros han estado sin movimiento alguno por una década y están comenzando a ser eclipsadas por los e-books. Friedman abandonó News Corp. en 2008. Y Jeff Bezos, quien una vez cortejara a la aristocracia de las publicaciones en Nueva York, ahora compite contra ellos. En mayo del año pasado, Amazon contrató a Kirshbaum, de 67 años, para que manejara Amazon Publishing, una nueva imprenta establecida en Nueva York cuyo gran objetivo es el de publicar los bestsellers de autores de gran renombre –la crema y nata de la industria de los libros en Nueva York. Dentro de las oficinas de las grandes editoriales ubicadas en edificios de gran altura, con sus estantes atiborrados de libros y vistas resplandecientes, la reacción a la maniobra de Amazon es análoga al chirrido que hace una criatura del bosque cuando es perseguida por un depredador en la jungla.

En entrevistas, los ejecutivos de Amazon colocaron su nuevo esfuerzo como parte de un experimento en el próspero mundo de los e-books, no como un plan para desplazar a los Seis Grandes – Random House, Simon & Schuster, HarperCollins, Penguin, Hachette y Macmillan. “Lo que estamos fabricando es más como un laboratorio interno donde los autores, editores y expertos en marketing puedan probar nuevas ideas”, dijo Jeff Belle, vicepresidente de Amazon Publishing y jefe de Kirshbaum. “El éxito para nosotros significa trabajar con autores que deseen encontrar nuevas maneras para conectarse con más lectores”.

El hablar de esa forma no ha modificado a las editoriales, y es fácil ver la razón. Ellas están intentando proteger a un modelo de negocios de 100 años de antigüedad –y a sus roles como alimentadoras de la cultura literaria– de la intrusión por parte de una compañía que constantemente reimagina el cómo las industrias pueden ser manejadas de una forma más eficiente. La publicación de libros, una industria ineficiente si es que alguna vez existió, parece madura para poder reimaginar. Según un reciente reporte de la Association of American Publishers, las ventas de las ediciones de bolsillo y libros de tapa dura cayeron un 18% entre 2010 y 2011. Las cadenas de tiendas como Borders han estado haciendo acrobacias para evitar la bancarrota, y los minoristas independientes se encuentran luchando para competir con las ventajas que se disfrutan con las tiendas por Internet, como la libertad de cobrar impuestos sobre las ventas en muchos estados de EUA. El único punto a favor son las ventas en aumento de los e-books, pero incluso ese panorama se encuentra severamente dañado: una feroz batalla por el control del nuevo mercado, entre Amazon.com, Apple, Google y Barnes & Noble, amenaza con convertir a los contendientes inferiores en bajas accidentales.

Y ahora esto. Amazon podría ser un competidor indetenible para las grandes casas editoriales. Si la historia nos sirve de referencia, a Bezos no le importa si pierde dinero debido a los libros por una causa más grande como mantener en existencia a la Kindle con contenido exclusivo no disponible para la Nook de Barnes & Noble y las iBookstore de Apple. Él posee casi infinitamente más dinero por invertir en adelantos a autores de renombre. Incluso es más extraño para las editoriales que Amazon sea su mayor distribuidor, así que ahora se encuentran en posición para tener que competir en contra de un importante socio de negocios. En la Costa Este de EUA, a esto comúnmente se le conoce como una puñalada por la espalda.




Este es el resumen del artículo "El sicario de Amazon" publicado en Enero 30, 2012 en la revista Business Week.

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