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Un puñado de dólares |
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| Todo comenzó como un jueguito tonto. Mark Zuckerberg publicaba las fotos de sus compañeros de Harvard en la Internet para que los que las vieran pudieran comentar quién era sexy y quién no. Ocho años después, Facebook es una de las compañías más calientes del planeta. La red social anunció a comienzos de febrero planes para una oferta pública inicial (OPI) que la podría valorar entre US$ 75 mil millones y US$ 100 mil millones. Esto es extraordinario. Los inversionistas creen que un emprendimiento manejado por un arrogante joven de 27 años es más valioso que Boeing, el fabricante de aviones más grande del mundo. ¿Acaso están locos?
No necesariamente. Facebook pronto podría hacer alarde de unos mil millones de usuarios, o uno de cada siete de la población mundial. El año pasado generó US$ 3,7 mil millones en ingresos y mil millones de dólares estadounidenses en beneficios netos. Eso no se encuentra ni remotamente cercano para justificar su valor. Pero existen razones para apostar que Facebook justificará el bombardeo publicitario, ya que ha conseguido una nueva forma para controlar el instinto prehistórico. A la gente le encanta socializar y Facebook se lo pone más fácil. El tímido se pone más extrovertido cuando está en línea. El joven, el que está en movimiento y el ocupado encuentran que Facebook es una manera eficiente para permanecer en contacto. Usted puede realizarlo vía laptop o teléfono inteligente, mientras está acostado en la cama, esperando el autobús o pretendiendo que está trabajando. Usted puede buscar a sus viejos amigos, hacer nuevas amistades, compartir fotos, organizar fiestas y decirse mutuamente lo que piensan acerca del más reciente film de George Clooney.
Las posibilidades comerciales de Facebook son inmensas por tres razones:
1. Facebook sabe bastante acerca de sus usuarios. También está constantemente ideando maneras para averiguar más, como Timeline, una nueva página de perfil que alienta a las personas a crear un archivo de sus vidas en línea. Por otra parte, Facebook sobrepasó el año pasado a Yahoo! para convertirse en el principal vendedor de anuncios publicitarios en EUA.
2. Facebook es la plataforma de marketing social más poderosa que hay. Unos pocos argumentos de ventas son tan persuasivos como la recomendación de un amigo, así que las miles de millones de interacciones en Facebook ahora influencian todo desde la música que compran las personas hasta los políticos por quienes votan. Las empresas, igual que los adolescentes, están descubriendo que si no están en Facebook, quedan marginadas. El comercio social (o “s-commerce”) se encuentra todavía en pañales, pero un estudio calcula que US$ 5 mil millones en artículos fueron vendidos de esta manera.
3. Facebook se está convirtiendo en el pasaporte de facto en Internet. Ya que muchas personas poseen una cuenta en Facebook bajo sus nombres reales, otras compañías están comenzando a utilizar la apertura de sesión de Facebook como un medio para identificar a la gente que está en línea. Ésta incluso ha creado su propia moneda en línea, conocida como Facebook Credit.
Ese es el caso para el “Faceoptimismo”. Pero existen otras razones para preocuparse. Una de ellas es el desafío gerencial de saltar de ser un emprendimiento a un gigante. Facebook sólo tiene 3.200 empleados, muchos de los cuales se volverán millonarios en papel. Con los miles de millones de dólares que recaudará el IPO, la empresa añadirá más personas y servicios. Ésta es propensa a añadir una función de búsqueda en línea que acalorará su batalla con Google, la cual es la de incluir información desde su red social Google + a sus propios resultados de búsqueda. La mayoría de los usuarios no se da cuenta de cuánto Facebook sabe acerca de ellos. Si éstos comienzan a sentir que se está abusando de su confianza, terminarán por cerrar sus cuentas y se saldrán de la red social.
Aquí es donde surgen otro conjunto de problemas–y éstos deben preocupar a más de un inversionista. La Comisión Federal de Comercio de EUA ya ha obligado a Facebook a someterse a una auditoría externa bienal de sus políticas privadas y procedimientos. Más debajo de la línea se encuentra el antimonopolio. La tecnología es diabólicamente dura para con los zares de la competencia. Por un lado, ésta crea competidores más rápido que cualquier otra industria (¿recuerdan a Altavista o Myspace?). Y por el otro, los efectos de las redes ayudan a crear monopolios. Ninguna otra red es ni cercanamente tan grande como Facebook, y ésta pronto será lo suficientemente rica para adquirir a otros potenciales rivales. Muchas compañías sienten que no tienen opción sino la de aceptarlo, y ya algunas están resentidas por su dominancia.
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Este es el resumen del artículo "Un puñado de dólares" publicado en Febrero 04, 2012 en la revista The Economist.
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