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Mentiroso, mentiroso |
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| En la carrera por hacer dinero, algunas personalidades del mundo de los negocios norteamericano han mentido insistentemente y sin recato, ante lo cual muchos se preguntan si realmente vale la pena obtener el éxito al costo que sea. Analistas y expertos consideran que a pesar de los escándalos y los avances en legislación durante el 2002, es poco lo que ha cambiado la cultura en ese sentido. El mentir y ser deshonesto se han convertido en una parte aceptada del quehacer comercial y de la vida norteamericana en general. Para cambiar la tendencia, las empresas, las escuelas de negocios y los líderes corporativos deberían tomar medidas sistemáticas y masivas.
Algunos expertos consideran que muchos altos ejecutivos piensan simplemente que los escándalos pasarán, algunos se preocupan por las implicaciones éticas, pero simplemente no les interesa trabajar por descubrir la raíz del problema: cuando se trata de hacer dinero, cualquier comportamiento es aceptable. El mal se acrecienta en las pequeñas empresas que son menos dadas a tener programas éticos. Otros opinan que la carencia de honestidad está tan arraigada que es poco probable que la regulación o persecución tengan un impacto significativo. Simplemente no se puede legislar la moral.
Por otra parte los líderes corporativos se han divorciado aún más de los trabajadores y de los valores, así como se ha multiplicado su salario. Adicionalmente, los norteamericanos cada vez confían más en las fuerzas del mercado que en el gobierno como gestoras de la ética, lo cual crea una separación mayor (se le delega la responsabilidad a otra fuerza social). En cuanto a las regulaciones adoptadas en los últimos años, se piensa que las mismas han sido poco efectivas ya que tampoco cambian las causas fundamentales del problema.
Las escuelas de negocios, aunque han pagado por entrenamiento ético, todavía no han enfocado su labor en inculcar la honestidad, debido en parte a que los académicos no son profesionales que provienen del mundo laboral real y no saben cómo confrontar situaciones éticas en los negocios. Algunos científicos sociales incluso piensan que de cierta manera la cultura norteamericana se ha volcado a la celebración de la deshonestidad, tendencia que no se relega sólo al sector corporativo. Al parecer se tiene la noción de que las multas y penalizaciones son vías para salir de un problema rápidamente, lo que supone que no ha habido un cambio social. Esta tolerancia al mal comportamiento ha dañado seriamente la confianza en el mundo comercial.
Los investigadores consideran que el cambio debería estar liderado por la gente del mundo de los negocios. Este sector debe modificar drásticamente sus sistemas internos de gobierno, crear evaluadores confiables de comportamiento, definir sistemas que puedan anticipar problemas éticos y contar con líderes que no sólo promuevan el comportamiento ético sino que instituyan estándares en la corporación. Pero para hacer una transformación real, la sociedad como un todo debe cambiar. El público debe internalizar la idea de que el proceso es tan importante como el resultado y que el éxito material no es determinante. Para reducir el comportamiento anti ético en el mundo empresarial, las escuelas, secundarias, universidades y postgrados deben hacer de la educación moral un componente esencial de su curricula.
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Este es el resumen del artículo "Mentiroso, mentiroso" publicado en Octubre 2003 en la revista Entrepreneur.
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