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El duelo de China entre dos teorías económicas | 
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| ¿Debería China presionar por una reforma radical o retornar una economía que esté más dirigida por el gobierno? Es una pregunta conocida hecha más urgente debido a la caída de Bo Xilai, visto por muchos como un líder de la faceta conservadora del Partido Comunista. Un reciente editorial en el Diario del Pueblo que apoyaba fuertemente más reformas, además de un llamado del Banco Mundial y la subsidiaria de investigación del Gabinete de China por una menor participación del estado en cuanto al financiamiento y a la industria, han dado una mayor importancia a este asunto. “El debate será desastroso”, escribió un economista del Standard Chartered Bank de China en un reporte a comienzos de marzo. No obstante, el añadió que “algo bueno está surgiendo en Beijing”.
El duelo se enfoca en dos modelos. El modelo Chongqing amerita una presión desde arriba hacia abajo en cuanto a la igualdad social, con un rol más fuerte por parte del gobierno en la economía; su nombre evoca la gigantesca ciudad al suroeste donde Bo Xilai mandaba hasta comienzos de marzo. El otro modelo descarta el rol de las compañías estatales, alienta el crecimiento de más industrias de capital intensivo y valor agregado y favorece las reformas políticas en las poblaciones rurales. Esta es la aproximación de Cantón, llamada así por la provincia costera que primero se enriqueciera mediante las exportaciones y ahora es el centro de experimentos en gestión pública.
A pesar de la caída de Bo Xilai del poder, el modelo Chongqing todavía posee sus adherencias. Un sitio Web, cuyo nombre se traduce como Utopía en español, apoya la aproximación fuerte del estado, y fue bloqueado tras de la salida de Bo por un escándalo revelador que lo puede implicar en cargos de corrupción. El sitio, de nuevo en actividad, había publicado cientos de artículos apoyando a Bo, dice el director de investigación de la empresa consultora de Beijing, China Policy.
Para reversar la creciente desigualdad social en su región, Chongqing ha alentado a los campesinos a convertirse en residentes urbanos y calificar por mejores beneficios, y comenzó a construir 800.000 unidades de viviendas públicas. Bo además creó varios grandes conglomerados al fusionar más de una docena de compañías estatales de menor tamaño. A pesar del éxito de Chongqing en atraer a inversionistas como Ford Motor y Foxconn Technology Group, los negociantes extranjeros se han preocupado de que los negocios respaldados por el gobierno pudieran ser sacados del juego. Las medidas tomadas por funcionarios del gobierno en otoño pasado en Wal-Mart Stores con respecto a una etiquetación sospechosa en los precios de la carne de cerdo forzó al minorista más grande del mundo a clausurar 13 tiendas de forma temporal, ahuyentando así a los inversionistas. Algo que además es inquietante fue el manejo de Bo en cuanto a la limpieza de las mafias mediante el Chongqing: él no solo enjauló a los supuestos malhechores, sino además a un principal abogado de Beijing que estaba defendiendo a uno de los acusados.
El secretario del partido de Cantón, Wang Yang, ha estado mejorando la economía de la provincia al reemplazar las industrias exportadoras que son intensivamente patronales y energéticas además de contaminantes como las de juguetes, textiles y plásticos por las que son más nuevas y limpias que incluyen software, energías alternativas y biotecnología. Wang ha optado en depender principalmente de las industrias privadas, alentando su crecimiento con exenciones fiscales y exprimiendo a las industrias de bajos márgenes con reglamentos laborales y ambientales más estrictos. Shenzhen, por ejemplo, ha visto a muchas de sus industrias decadentes partir en lo que Wang denomina “vaciando la jaula y cambiando al pájaro”.
No está claro cuál de estos dos modelos ganará ventaja. La claridad no es posible al menos hasta la caída del Congreso del Partido Comunista Chino, que es cuando China reemplazará a la mayoría de sus líderes principales, y ambos grupos políticos puedan competir por la supremacía por años. “En 2001, teníamos un mapa de carretera y ese fue el del acuerdo de conformidad de la Organización Mundial de Comercio. En la actualidad no tenemos idea de lo que está por venir para China”, dice Christian Murck, presidente de la Cámara Americana de Comercio en China. “Hay más incertidumbre de la que hemos visto en años”.
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Este es el resumen del artículo "El duelo de China entre dos teorías económicas" publicado en Marzo 26, 2012 en la revista Business Week.
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