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¿Quién le teme a que unas pocas compañías se apoderen del mundo? |
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| En la actualidad existen muchas discusiones negativas sobre la globalización y la concentración del mercado. Mientras la gente ve cómo sus tiendas locales son sustituidas por cadenas multinacionales y los megaindustriales emergentes salen en los titulares, entre los ejecutivos de negocios existe la creencia generalizada de que un pequeño número de competidores poderosos están tomando el dominio del mundo. Y para el público general, la concentración es la preocupación más importante sobre la economía de mercado en los EUA, Gran Bretaña y Alemania: la gente se preocupa por que las grandes corporaciones expriman a las pequeñas firmas.
La preocupación es que si el poder del mercado estuviera en las manos de unas cuantas compañías multinacionales habría menos competencia, permitiendo a los colosos que quedaran subir los precios o reducir la calidad o variedad de los productos y servicios en oferta, dañando así a los consumidores. Pero afortunadamente, los datos indican que no existe una tendencia global hacia un aumento de la concentración de la industria y sugieren que, en general, la globalización no está llevando a niveles más altos de concentración global a través de un rango de industrias. Y no solo la globalización no está reduciendo sistemáticamente la intensidad competitiva al aumentar la concentración, sino que puede ayudar a corregir los problemas que surgen cuando un pequeño número de competidores toma el control del mercado.
Cuando falta competitividad en los mercados domésticos, los consumidores sufren de altos precios, productos de baja calidad o de falta de variedad. Ahí es cuando la competencia extranjera puede prestar una ayuda, sea a través del comercio o por una inversión directa, al darles a los consumidores un alivio inmediato y estimular a los productores a mejorar sus ofertas. Un enfoque hacia el problema de un exceso de concentración de mercado es el de fragmentar las compañías antes de que logren dominar los mercados locales o nacionales. Pero lo que hace aun más atractivo el abrirse a los productores extranjeros contra el fragmentar las compañías es que esto combate el poder del mercado con competencia y no con regulaciones.
Eso pudiera ser menos perturbador y dejaría al país con sus competidores internacionales potenciales intactos. Luego, con respecto a la concentración, la apertura puede servir como sustituto de la regulación. Por tanto, mientras queden otros factores en los que pensar en relación a la globalización y la concentración de mercado, no necesitamos preocuparnos porque la globalización esté incrementando la concentración del mercado. En su lugar, debemos de verla como una ayuda para enfrentar los problemas de exceso de concentración en el mercado nacional.
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Este es el resumen del artículo "¿Quién le teme a que unas pocas compañías se apoderen del mundo?" publicado en Abril 25, 2012 en la revista HBR Blog.
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