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¿Qué tan fuerte es la economía China?



Revista: The Economist
Tema: Economía
Fecha: Mayo 26, 2012
China ha adquirido una gran influencia en la economía global. Cualquier cambio en sus finanzas incide en la bolsa a nivel mundial y en los precios de los productos básicos, los cambios su política monetaria afectan como lo haría una decisión de la FED y los anuncios de sus líderes influyen los mercados más que los de los líderes europeos. Pero si echamos un vistazo de cerca, un crecimiento tan rápido puede lucir desordenado, y hay muchas cosas que van mal en la economía china. Desde afuera se la tiende a tomar como el arquetipo de la eficiencia dirigida a la exportación, pero los gastos en inversiones, en maquinarias, edificios e infraestructura representaron alrededor de la mitad del crecimiento de China el pasado año. Muchas de sus inversiones son llevadas a cabo por empresas del Estado (SOE), que se benefician de subsidios implícitos, mercados protegidos y préstamos políticamente fomentados, y los ejemplo de malgasto abundan.

El modelo es también injusto para su gente. Las tasas de intereses reguladas permiten que los bancos despojen a los ahorradores, las barreras para la competencia permiten a las SOE cobrar de más a los consumidores por sus productos, las arbitrarias leyes sobre la tierra permiten a los gobiernos locales subpagarles a los granjeros por los terrenos agrícolas, y muchas de las ganancias terminan en los bolsillos de los funcionarios. Todo eso lleva a los críticos a asemejar a China con lo que le sucedió a los tigres de Asia, donde las altas tasas de inversiones impulsaron el crecimiento por un tiempo, pero también propiciaron una fragilidad financiera que fue cruelmente expuesta cuando las exportaciones se hicieron más lentas, las inversiones se debilitaron y el capital extranjero huyó. Y no solo China está invirtiendo a un ritmo mas rápido del que los tigres nunca lograron, sino que sus bancos y otros prestamistas han estado prestando de forma indulgente, con los créditos yendo desde 122% del PIB en 2008 hasta 171% en 2010, mientras el gobierno preparaba una ofensiva de “préstamos por estímulo”.

La misma injusticia del sistema de China le da una resistencia poco usual. A diferencia de los tigres, ella descansa muy poco en los préstamos foráneos y su crecimiento es financiado por recursos extraídos de su propia población. Sus tasas de ahorro, en un 51% del PIB, son aún mayores que las de inversión, y el sistema financiero represivo y dominado por el Estado está bien situado para lidiar con tardanzas en el reembolso y las morosidades. Los bancos de China son fuertes en liquidez, y tienen un quinto de sus depósitos en reserva en el banco central, lo que les da alguna amplitud para refinanciar los préstamos problemáticos. Y está el respaldo del gobierno central, que tiene deudas formales que representan solo el 25% del PIB. China tiene suficiente espacio fiscal para recapitalizar a cualquier banco amenazado con insolvencia. Y todo eso le daría amplitud al gobierno para estimular el crecimiento de nuevo, si las exportaciones a Europa cayeran en picada.

Pero esas mismas rarezas e injusticias, podrían en el tiempo trabajar en contra del país. La fenomenal tasa de ahorro empezará a caer, a medida que envejezca la población y los trabajadores se hagan más caros. El capital ya se está volviendo menos dependiente. Ante los miserables intereses de sus depósitos, los ahorristas demandan alternativas, y algunos buscan sacar su dinero del país. China tendrá que aprender a usar el capital con más inteligentemente, levantando las barreras a la inversión privada en mercados lucrativos que aun estén dominados por malgastadoras SOE. También requerirá de un sistema bancario menos protegido y una mejor red de seguridad social, sin importar las reformas políticas y sociales que se necesiten en la próxima década. Los reformistas chinos tienen un gran trabajo por delante, pero también tienen tiempo. Los pesimistas comparan a China con Japón, que era una nación acreedora cuando explotó su burbuja en 1991. Pero Japón no explotó hasta que su ingreso por cabeza fue el 120% del de EUA. Si China alcanzara ese nivel, su economía sería cinco veces mayor que la de EUA. Ese es un largo camino.




Este es el resumen del artículo "¿Qué tan fuerte es la economía China?" publicado en Mayo 26, 2012 en la revista The Economist.

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