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Krugmenistan contra Estonia



Revista: Business Week
Tema: Economía
Fecha: Julio 2012
En mayo de 2009, unos meses tras la aprobación de un paquete de estímulo por US$ 787 mil millones en EUA, el Gobierno de Estonia tomó la ruta contraria: la de las medidas duras. Ésta no se sumergió en las reservas de la nación para pedir dinero prestado. Los ministros dicen nunca haber considerado devaluar lo que era entonces la moneda en curso legal de Estonia, las coronas estonias, las cuales habrían arruinado un plan de 10 años para adoptar el euro. Con el fin de mantener el presupuesto balanceado del país, tradición que habría honrado desde el final de la ocupación soviética, el gobierno estonio congeló las pensiones, rebajó los salarios del estado en alrededor de un 10%, y elevó el impuesto al valor agregado en un 2%. El producto interno bruto cayó en más de un 14% ese año.

En Estanc, un fabricante de contenedores de acero de alta presión en una planta en las afueras de Tallinn, las ganancias se paralizaban. La empresa pospuso sus planes para ampliar al doble los pisos de la fábrica. El desempleo en Estonia subió tanto como en un 16% y muchos de los soldadores del país abordaron un ferry para atravesar el Golfo de Finlandia y llegar a Helsinki en busca de empleo. Los soldadores están de vuelta ahora. En 2010, el PIB de Estonia creció en un 2,3%. A finales de año, la nación se metió en un edificio en llamas y adoptó el euro. El año pasado, el PIB creció un 7,5%. Estanc ha aumentado su personal en más de un tercio en 2012. La empresa le vende a Finlandia y Suecia; ésta desea incursionar en el mercado alemán y ha dado un paso adelante en cuanto a planes de expansión. El desempleo en Estonia ha bajado a un 10,8% –cifra no ideal, pero es menos de la mitad que la de España, y lo suficiente para que se pudiera reelegir al presidente del país y su coalición regente en 2011. Durante el pasado mes de noviembre, el Fondo Monetario Internacional alabó la recuperación impulsada por las exportaciones del país y su “posición fiscal envidiable”.

Los economistas no entienden los experimentos controlados, así que deben aceptar a los países tal como son. En este momento, Estonia parece demostrar que las restricciones monetarias y fiscales pueden, tras el dolor, generar crecimiento. No de manera sorpresiva, Estonia, una nación con 1,2 millones de habitantes, ha sido ofrecida como modelo por los defensores de la austeridad en Europa y otros lados. En el lado más apartado del Atlántico, sin embargo, el economista ganador del premio Nobel y columnista del New York Times, Paul Krugman, ha estado en desacuerdo por años con de esta clase de restricciones, diciendo que llevan a una miseria sin sentido. El argumento es central para el futuro de EUA –y para la mayoría de los otros países también.

A comienzos de junio, en una publicación de blog titulada “Rapsodia Estoniana”, Krugman atacó lo que él denominaba el “rostro publicitario de los defensores de la austeridad”. En su publicación, él graficaba el PIB real desde el pico del auge hasta el primer trimestre fiscal de este año para demostrar que, incluso después de una recuperación, la economía de Estonia todavía se encuentra casi un 10% por debajo de su punto más alto registrado en 2007. “¿Esto”, escribió, “es lo que se acepta como un triunfo económico?”.

En 2007, los salarios eran altos y la tasa de desempleo baja. Algo bueno para la mayoría de sus ciudadanos, aunque para la mayoría de los ciudadanos las cosas estén ahora todavía peores de lo que estaban entonces. Pero si se regresa el gráfico de Krugman al año 2000, se apreciará un crecimiento lento y estable del PIB, luego un corto auge, luego un fuerte golpe, y ahora el crecimiento volviéndose a nivelar donde debió haber estado sin el auge. En los años de auge, dice Urmas Varblane, un profesor de economía de la Universidad de Tartu, “el crecimiento del PIB no fue real. Fue artificial”, impulsado por una deuda barata del extranjero. El nivel más alto, punto de comparación de Krugman, no fue real”, dice. Que Estonia no lo haya alcanzado de nuevo es algo bueno, añade. Nunca ha debido estar ahí en primer lugar.

Krugman tenía razón acerca de una cosa: los salarios estaban rígidos. Pero no inmóviles. Ellos bajaron ligeramente en 2009 y 2010. Éstos han aumentado desde entonces, pero la tendencia más amplia en salarios desde 2007 se mantiene intacta. Anecdóticamente, algunas industrias reportaron recortes en salarios de tanto como en un 30%. La productividad, mientras tanto, se recuperaba. Y ambos parecen estar casi donde estarían ahora de no haber habido un auge inmobiliario. Como se esperaba, el crecimiento de Estonia en 2010 y 2011 provino de las exportaciones. El Gobierno señala con orgullo la decisión del pionero en telecomunicaciones Ericsson en construir una planta cerca de Tallinn. Los políticos de Estonia parecen sentir un alivio de que la nación ha ocupado de nuevo su justo lugar en el mundo: el de la manufactura, las exportaciones y la sobriedad.




Este es el resumen del artículo "Krugmenistan contra Estonia" publicado en Julio 2012 en la revista Business Week.

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