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Bernanke a los economistas: Más filosofía, por favor |
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| "Los libros de texto describen la economía como el estudio de la distribución de recursos escasos", dijo Ben Bernanke el lunes en la mañana. "Esta definición tiene que ver con el 'qué', pero no con el 'por qué'". Estaba hablando ante la International Association for Research in Income and Wealth, y "por qué" no es una pregunta que el presidente de la Reserva Federal se suela formular enfrente de ninguna audiencia. Pero en este discurso, Bernanke fue más allá de lo habitual. Se preguntó por qué debía mantener los precios estables y disminuir el desempleo. Estas cifras significan algo para los seres humanos. Significan "felicidad". Este tipo de términos ponen nerviosos a los economistas. La felicidad no se puede medir. Y cuando las cosas no se pueden medir, tampoco se pueden estudiar en un modelo. Y si los economistas no usan modelos, entonces no son científicos.
Aquél lunes, Ben Bernanke no estaba hablando como un científico. Más bien estaba hablando como un filósofo. "El fin último de la economía es entender y propiciar el bienestar", dijo ante un salón repleto de economistas. También sugirió que las variables que estaban midiendo (PIB, consumo por persona, etc.) no eran adecuadas para entender el verdadero problema de la economía. "Las estadísticas pueden enmascarar a veces información muy importante", dijo. Traducción: La gente no está feliz y no sabemos exactamente por qué.
"La economía tiende a cambiar de perspectiva durante las crisis", señala Jerry Evensky, profesor de historia de la economía de la Universidad de Syracuse. Las insurrecciones del 1848 nos dieron a Karl Marx y a John Stuart Mill, quienes habían llegado a la conclusión de que el capitalismo no estaba funcionando. Luego, la Gran Depresión permitió popularizar las ideas de John Maynard Keynes, que veía la frustraciones económicas como un problema político. Pero la recesión de los últimos cinco años, señala Evensky, no ha producido un Mill o un Keynes (o un Marx). La economía no está haciendo un buen trabajo cuando se trata de poner en tela de juicio sus propios presupuestos.
Pero Bernanke y Evensky no están solos. El año pasado, Robert Shiller, economista de Yale, publicó un artículo titulado "Los economistas como filósofos mundanos". Adam Smith, Karl Marx, John Stuart Mill, John Maynard Keynes: a todos estos economistas les interesaban las corrientes intelectuales de la época", señala Shiller. Eran filósofos. En su discurso del lunes, Bernanke mencionó el "índice de felicidad bruta" que se utiliza en Bután y el "índice para una vida mejor" de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico. Dichos índices comparan ciertos indicadores de bienestar entre varias naciones. Además, sugirió que los economistas debían tomar en cuenta indicadores tales como: la seguridad laboral, la confianza en el futuro, el grado de movilidad vertical, entre otros. Según Evensky, esto se parece mucho a lo que decía Adam Smith, que se consideraba a sí mismo como un filósofo moral.
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Este es el resumen del artículo "Bernanke a los economistas: Más filosofía, por favor" publicado en Agosto 2012 en la revista Business Week.
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