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Stephen Covey, QDEP | 
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| Stephen Covey, quien falleció el 16 de Julio de este año, fue uno de los gurús más exitosos del management. Su libro Los 7 hábitos de la gente altamente efectiva vendió más de 20 millones de copias; tres de sus otros títulos han vendido al menos 1 millón cada uno. Su Centro de Liderazgo Covey ha tenido a tres cuartos de las empresas Fortune 500 como clientes.
Su mensaje era chapado a la antigua. Cuando Los 7 hábitos fue publicado en 1989, parecía fresco y excitante. En una época en la que los gurús estaban obsesionados con construir mejores organizaciones, Covey argumentaba que la personalidad, el propósito y la autodisciplina era lo que contaba. Su mensaje sigue siendo relevante, en momentos en los cuales las noticias cubren los hábitos de los banqueros altamente inefectivos.
Covey estuvo influenciado por Peter Drucker (el rey de la teoría gerencial, quien escribió en 1967 que la eficiencia es un hábito), por 200 años de literatura del éxito (que leyó para su tesis doctoral) y por su fe religiosa (era mormón). En dicha fe, cuando tenía 20 años, fue misionero en Gran Bretaña donde predicaba en las esquinas – lo que le enseñó a hablar en público e interactuar con la gente. Según Clayton Christensen, otro gurú de Harvard, Los 7 hábitos es un derivado secular de las enseñanzas de los mormones. A diferencia de otros pensadores gerenciales, Covey vivió la vida como la escribió – tenía la convicción que viene de la experiencia.
Los siete hábitos son: ser proactivo, comenzar con un fin en la mente, poner primero lo primero (curiosamente, el tercero de la lista), pensar ganar-ganar, buscar primero entender, después ser entendido, crear sinergias (aprender a trabajar con los demás para beneficio de todos), afilar la sierra (mantenerse física, mental y espiritualmente fresco, a través del ejercicio, lectura, oración y buenas acciones). Posteriormente agregó un octavo hábito: encuentre su voz e inspire a los demás a encontrar la suya.
Muchos cínicos han dicho que todo esto es demasiado obvio. Pero presentarlos como lo hizo Covey llenó una gran necesidad.
El lado débil del trabajo de Covey fue su creencia de que combinar mucha gente altamente efectiva resultaría en una empresa altamente efectiva. Descubrió de primera mano que no es así: su Centro de Liderazgo Covey se fusionó con Franklin (empresa que vende productos para el manejo del tiempo); al poco tiempo, el surgimiento de dispositivos como el Blackberry (que permiten “manejar el tiempo” sin necesidad de conferencias) casi acaba con la firma combinada. FraknlinCovey ha cambiado hacia la asesoría de empresas.
El principio más atractivo de Covey es que la gente debe balancear la vida y el trabajo. Padre de 9 y abuelo de 52, siempre reservaba una tarde de la semana para su familia. Escribió el libro Los 7 hábitos de las familias altamente efectivas, en el que invita a las familias a establecer su misión y mantener reuniones periódicas para discutir el progreso.
Detestaba la idea del retiro, y trabajó hasta el final, que vino cuando se cayó de una bicicleta a los 79. Estaba escribiendo varios libros, uno de ellos sobre cómo reducir el crimen, que será publicado próximamente.
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Este es el resumen del artículo "Stephen Covey, QDEP" publicado en Julio 21, 2012 en la revista The Economist.
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