|
Habla bajo si vas a hablar de Dios |
|
| En las oficinas de Chick-fil-A en Atlanta hay una placa que dice que la misión de la compañía es "glorificar a Dios". Y esta compañía lo logra vendiendo hamburguesas de pollo y cerrando los domingos sus 1.600 establecimientos. Su fundador, Truett Cathy, ha dicho que no es necesario ser cristiano para trabajar en Chick-fil-A; pero que sí es necesario seguir ciertos principios contenidos en la Biblia, pues estos funcionan. Su hijo Dan, actual presidente de la cadena, también es un devoto creyente. Por tanto, nadie se sorprendió cuando declaró ante una organización cristiana de noticias, que estaba en contra del matrimonio entre homosexuales .
Sin embargo, la reacción fue de lo más estridente. Ciertos grupos que apoyan los derechos de los homosexuales protestaron y boicotearon la cadena. El 3 de agosto varias parejas homosexuales se besaron en algunos establecimientos de Chick-fil-A. Los alcaldes de Chicago, Boston y San Francisco declararon que Chick-fil-A no era bienvenida en sus respectivas ciudades (no porque no quisiera servirles a los homosexuales sino porque el presidente de la compañía había expresado una opinión perturbadora). Este tipo de situaciones no son comunes, pero pueden hacer mella en los negocios. Chick-fil-A puede demandar a estas ciudades si considera que los alcaldes le están bloqueando el negocio sólo por la visión religiosa de su presidente. Pero los consumidores pueden boicotear un restaurante por la razón que sea. A continuación, algunos consejos para no ofender sensibilidades religiosas:
1. No discutir sobre religión en público: muy pocas personas comprarán, digamos, nuestra margarina simplemente porque somos zoroastristas. Incluso algunas personas rechazarán inmediatamente cualquier dogma que les resulte desagradable.
2. Si debemos hablar de religión en público, es mejor hacerlo de manera general: Zhang Xin, uno de los principales constructores inmobiliarios de China, es un devoto bahaísta. Sin embargo, cuando habla sobre la pérdida de valores de su país, lo hace de manera muy general y con un lenguaje poco religioso.
3. Debemos recordar que lo que no es importante para nosotros puede ser muy importante para otros: a principios de 2001, varios ejecutivos de Ajinomoto, una compañía japonesa que fabrica glutamato monosódico (un condimento que realza el sabor de las comidas), fueron arrestados en Indonesia por violar las leyes de protección al consumidor del país. El error de Ajinomoto fue usar en la fabricación del condimento una enzima de origen porcino cuando los musulmanes no consumen carne de cerdo. El resultado de esto fue que las acciones de la compañía se desplomaron.
4. Capear los problemas que no podemos controlar: a principios de los años dos mil, durante la Segunda Intifada entre Israel y Palestina, un grupo de egipcios exhortaron a los consumidores árabes a boicotear el detergente en polvo Ariel, pues tenía el nombre de Ariel Sharon, el entonces primer ministro de Israel, y su logo era una Estrella de David oculta. Procter & Gamble, la multinacional estadounidense que fabrica el detergente Ariel, alegó que este detergente apareció antes de que Sharon asumiera el poder, y que el logo no es un símbolo religioso sino un átomo. Aun así, las ventas del detergente cayeron.
|
Este es el resumen del artículo "Habla bajo si vas a hablar de Dios" publicado en Agosto 04, 2012 en la revista The Economist.
Vea otros artículos publicados en The Economist u otros artículos sobre Riesgo.
deRevistas.com traduce y resume los mejores artículos publicados por las revistas más prestigiosas de Negocios y Gerencia. Cada quincena, le enviamos a nuestros suscriptores un nuevo ejemplar con unos 30 resúmenes.
|