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El camino de mami | 
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| Para muchas mujeres, es muy difícil compaginar la vida personal con el desarrollo profesional. De allí la razón por la cual las féminas ocupan menos puestos gerenciales en comparación con su contraparte masculina. De hecho, las compañías importantes de EUA suelen contratar mujeres para ocupar la mitad de sus puestos bajos. Tan sólo un 28% de ellas llegan a cargos gerenciales séniores, un 14% ocupan puestos en los comités ejecutivos y apenas un 3% desempeñan roles directivos.
Éstas cifran se agudizan aún más en las grandes empresas europeas. Es tal la dimensión de este asunto que no sólo los gobiernos de Bélgica, Francia, Italia y Noruega han impuesto cuotas de designación de mujeres dentro de las juntas directivas, sino que también la Comisión Europea se está planteando decretar esta norma en toda la Unión Europea. No obstante, hay varios factores que limitan a las mujeres alcanzar puestos gerenciales. Si bien son pocas las que se forman en carreras de Ciencias, Ingeniería, Informática o Matemáticas, o que se esfuerzan por buscar un ascenso, muchas tienen que combinar horarios y viajes exhaustivos de trabajo, la cultura de disponibilidad ilimitada junto con las responsabilidades familiares.
Según un estudio desarrollado por Mckinsey en 2007, un 54% de las ejecutivas séniores entrevistadas no tenían hijos en comparación con el 29% de los hombres. Lo común es que las madres trabajadoras talentosas y bien formadas apuesten más bien por áreas laborales menos exigentes, tales como RRHH ó RRPP, donde los horarios de trabajo son más flexibles. Mientras algunas madres trabajan medio tiempo o se retiran del mundo laboral por completo, son muy pocas las que permanecen en trabajos agotadores en campos, tales como de Estrategias, Finanzas, Ventas y Operaciones, que es el camino profesional habitual para buscar un ascenso.
Ahora bien, las empresas podrían facilitarles a las madres trabajadoras la conciliación de la vida laboral y personal si les ofrecieran una mayor flexibilidad. Tal es el caso de Unilever, que ha adoptado una nueva cultura corporativa y apuesta por que el 55% de sus gerentes séniores sean mujeres para el 2015. Para empezar, la empresa le da total libertad al personal para que trabajen en remoto y decidan el número de horas de trabajo que son necesarias para alcanzar las metas establecidas. Lo mismo ocurre con McKinsey, que les permite a sus consultores, tanto hombres como mujeres, trabajar al menos tres días por semana por una paga menor, pero sin perder la posibilidad de llegar a ser un socio en la firma.
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Este es el resumen del artículo "El camino de mami" publicado en Agosto 23, 2012 en la revista The Economist.
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